Hace ya mucho tiempo, en los primeros años de la década de los 70, un afiche apareció en muchas tiendas y paredes de la Ciudad Colonial: “La educación no es cosa de juegos…” Era la promoción del Centro Educativo Santo Tomás de Aquino (CESTA), que habría sus puertas a las familias de esa zona, con el fin de brindar a sus hijos una formación integral, que los condujera por el camino del desarrollo cognitivo, actitudinal, valórico y ciudadano. Yo era parte, junto con otros grandes amigos, de esa iniciativa por una educación centrada en el desarrollo de un “hombre nuevo y una mujer nueva”.
Hoy, aquella frase me llega a la mente, en un momento en que de nuevo nos encontramos en un proceso electoral en el cual el tema educativo se constituye en bandera política.
Teniendo de música de fondo la hermosísima canción de John Lennon, Imagine, quiero compartir con ustedes unas breves reflexiones…
Imagínate una escuela,
limpia, rodeada de jardines y múltiples espacios
para el desarrollo integral.
Llena de niños y niñas, así como de jóvenes,
en un ambiente de alegría
donde todos aprenden.
No es difícil imaginarlo,
si tú quieres.
Imagínate maestros bien formados,
motivados y comprometidos,
con una alta estima y valoración de su función y misión,
procurando que todos sus estudiantes aprendan;
es posible y no sería difícil de imaginar.
Imagínate directores y directoras
gestionando procesos educativos
que logran comprometer a todos los actores educativos
en un proceso intenso e interesante de aprendizaje.
Líderes educativos
que anteponen los intereses de sus estudiantes
y de la sociedad,
por encima de sus propios intereses personales
o incluso, cualquier otro interés, gremial o sectorial.
Si quieres, lo podemos imaginar.
Imagínate una escuela
con padres y madres participando activamente
para que en ella la misión de educar,
sea una realidad permanente.
Haz un esfuerzo de imaginación
y míralo en tu mente.
Es fácil, si tú quieres.
Imagínate un país, nuestro país,
donde la educación sea un tema tan serio
que nadie se atrevería a convertirlo en menú de ofertas,
cada cuatro años.
De ofertas y más ofertas.
No sería muy difícil de lograr
si todos nos ponemos de acuerdo,
primero a pensar… y luego a actuar,
para que la educación no sea plato de mesa de intereses
ni personales ni gremiales ni político partidario.
Hagamos un esfuerzo,
Imaginémoslo y hagámoslo.
Sería fácil si todos quisiéramos.