Los psicólogos positivos, entre ellos Martin Seligman, señalan tres razones para explicar la epidemia de infelicidad que arropa a los seres humanos hoy:
1) Buscar atajos, es decir, buscar el camino fácil para la “felicidad”: alcohol y droga, sexo sin amor ni responsabilidad emocional, juegos de azar, entre otros.
2) El individualismo, olvidando que lo que somos es gracias también al “otro”. Que somos seres con una doble dimensión: personal y social. Que nos constituimos en un proceso importante de relaciones con los demás.
3) La pérdida del control de nuestro propio comportamiento, pues este control está en factores externos: los medios de comunicación, los mensajes subliminales, la propaganda, los falsos ídolos, las apariencias, el mundo fashion.
Estamos como atrapados por una red de cosas marcadas casi todas por el egoísmo, la hipocresía, la falta de decoro, la ausencia de solidaridad, de bondad y compasión ante los demás, y a veces ante nosotros mismos.
El mundo de la ficción, de los falsos ídolos y modelos sociales de vidas de éxito y logros, la mar de las veces sin el mayor esfuerzo y de dudosa especie, se constituyen en los paradigmas de la vida contemporánea, del éxito personal y social. Se trata de la sociedad inerte, gaseosa, sin forma, donde los significados y los sentidos son cuestiones raras, de hombres y mujeres “outs”, fuera de época, pasados de moda.
Lo peor, es que el sentido de la vida se mide por cosas, las cosas que posees; que compras. Que obtienes en el supermercado de la vida, donde la ética o la moral, ¿para qué sirven? Prefieres “comprar un bonsái para exhibirlo a tus amigos y amigas, que pasarte tu vida cortando raíces y hojas, goteando agua. Al final, también ese precioso bonsái que obtuviste en la esquina se seca también, por la falta del cuidado diario. Como también se seca nuestro espíritu, nuestra alma y nuestra conciencia.
Nada se escapa a esta realidad. Benedicto XVI, no pudo resistir siquiera el influjo de toda esta maraña de perplejidades, que las “denunció” marcadas por el cinismo, la hipocresía y la corrupción. Prefirió “alejarse” de ese mundo, “refugiarse” en el silencio y la oración, en la soledad de una celda. El peso fue muy abrumador.
En algunas sociedades, principalmente, muy desarrolladas, el suicidio es la vía de escapar, de refugiarse en su celda única y para toda la vida, vale decir, para toda la muerte.
Aquellos mismos psicólogos plantean la necesidad de fomentar el optimismo, la resiliencia, el fluir de la conciencia, el humor, la propia felicidad y el bienestar personal y colectivo, como vías de búsqueda del sentido y la significación trastocada. ¿Por qué no intentarlo? ¿Por qué no apostar a una vida más centrada en la vida? Incluso una vida más centrada en la ternura y la belleza.
Hola querido amigo y hermano. Ese enfoque sobre lo que somos hoy y «porque me parece que se parece» mucho a nuestra realidad, establece líneas bien definidas de el lugar que como estructura » biopsicosocial» asumimos hoy. Eso nos hace vulnerables a los trastornos que los eventos de vida de hoy nos regalan…
Distinguido Profesor Valeiron, primero felicitarle por compartir estas reflexiones tan útiles en estos días. Pienso que la falta de valoración que tienen en general las personas sobre sí mismas contribuye eficientemente a fortalecer los atajos que indica Seligman. Esto a su vez se une con conductas individuales y falta de cooperación, todo motivado por una «competencia» mal entendida que lleva a la destrucción. Rescatar el amor a la naturaleza, saber que ella nos necesita y que la necesitamos, aumentar la sensibilidad, lucen respuestas muy adecuadas planteadas por usted. Saludos.
Distinguido profesor, este tema tan complejo como nuestra propia realidad, muy bien enfocado por usted, muestra nuestra realidad tan pura y simple como el mismo hecho de sabernos atrapados, pero ¿atrapado en qué? En el consumismo, en la transculturación de unos valores que queremos asumir como nuestro y convertirnos en personas de un mundo desarrollado en un país subdesarrollado, hoy día las personas queremos tener más de lo que somos capaces de producir y vivimos en un círculo vicioso que no nos permite disfrutar lo que somos, olvidamos el ser por el tener, en este sentido nos convertimos en egoísta sin importar a cuantas personas destruimos para conseguir lo que “me hace feliz”, una felicidad superflua sustentada en una base sin valor ni decoro, dónde lo ético y lo moral así como usted lo describe ¿para qué sirve?
Gracias por compartir estos temas que nos permiten reflexionar
Buenas la importancia de este tema es muy relevante en la vida cotidiana, porque nos hemos dejado envolver por lo que el mundo a traído para nosotros, pero sin nosotros mismos darle el sentido que entendemos es el mejor para nuestra existencia, solo hemos sabido evadir nuestros problemas, donde el individualismos nos a arropado para no dejarnos escapar, es importante crear conciencia sobre este tipo de accionar que estamos presentando, donde solo importa el Yo y no importa mas nada. Hemos identificado que para ser felices es necesario atropellar a los demás con tal de yo ganar, en vez de poder jugar a ganar-ganar, donde se a perdido los valores y nuestra dignidad esta quedando pisoteada, como pregunta usted ¿ Al final de que nos sirve la ética y la moral? Si no cobramos conciencia de la situación.
Buenas Profesor Vaileirón, es muy atinado el tema en cuestión y realmente es la realidad que vivimos, es un gran dilema renunciar a lo que nos aprisiona y nos hace sentir cómodos. Realmente se han perdido los valores sociales y morales y la dignidad individual se ve afectada cuando nos aferramos a lo terrenal y dejamos a un lado lo espiritual y el verdadero sentido de la vida, es lamentable que la sensibilidad humana se vea avasallada por la infelicidad de aquellos que quieren tener y no se conforman con vivir la verdadera vida llenos de felicidad a base de respeto, amor y tolerancia.
Buen dia distinguido profesor quiero tomarme un segundo para felicitarlo por su gran aporte de estos temas, los cuales nos permiten reflexionar, este texto como mismo dice su titulo estamos atrapados hoy en dia, en un mundo artificial, en donde convivimos con personas falsa, personas sin corazon y sin sentimientos. La Vida se trata de momentos no de lo que uno tiene, no importa si tiene dinero si no tiene amor, convivencia y respeto no sirve de nada…Las personas vivimos de las apariencia queremos abarcar todo para aparentar lo que no es solo para llamar la atencion del otro, da pena que en este mundo hallamos personas tan egoistas, pero esa la realidad