Entrevista a John Forbes Nash.

John Forbes Nash, inspiró ´Una mente prodigiosa´; Nobel de Economía;
fue esquizofrénico
«Alcancé un punto en que era más feliz loco que cuerdo»
LLUÍS AMIGUET – 03/12/2007

La presente entrevista, realizada a John Forbes Nash por Lluis Amiguet, y que salió publicada el 3 de diciembre de 2007, la reproducimos por el interés que tiene para quienes nos especializamos en el comportamiento humano y sus procesos, pero también para quienes defienden el derecho a la diversidad. Dr. Julio Valeirón.


Tengo 79 años. Nací en West Virginia. Tengo dos hijos: estuve casado, dejé de estarlo y ahora vuelvo a estarlo: las estadísticas demuestran que es mejor estarlo. Sería penoso explicar toda mi evolución religiosa. Votar es fácil y poco. Colaboro con la Universitat Pompeu Fabra

¿Por qué le dieron el premio Nobel de Economía?

Descubrí una forma de equilibrio – hoy llamado de Nash- en la teoría de juegos: un punto en el que ninguno de los jugadores puede mejorar su situación. Hoy este concepto se aplica de forma interdisciplinar.

¿Hizo este descubrimiento pese a su enfermedad mental?

Tengo un historial, sí, de desorden mental temporal que se manifestaba de diversas formas. Hoy tenemos medicinas, que entonces no existían, que tratan los síntomas y permiten seguir con lo que se considera una vida normal, pero tienen efectos indeseables.

¿Cuáles?

Para restituirte a la normalidad reducen tu actividad neuronal y tus funciones cognitivas. Te devuelven la normalidad, sí, pero a costa de tu personal capacidad de raciocinio.

¿Y hoy usted lo ejerce íntegro?

Yo puedo trabajar, pero mi hijo, que también sufre ese trastorno, toma esa medicación que no le permite dedicarse a nada en concreto, pero puede observar una conducta normal.

¿Cómo se le manifestó ese trastorno?

Tuve que ser internado en un hospital tras varios episodios de disfunción social y al final mejoré, pero no pude evitar un poso de infelicidad en mi ánimo y en mi conducta.

¿A qué se refiere?

Era infeliz al recuperarme porque la normalidad no me hacía feliz. La locura empieza cuando descubres una segunda realidad en tu mente y a veces la eliges, porque te hace más feliz que la normalidad. Así alcancé un punto en que yo era más feliz loco que cuerdo.

¿Pero era capaz de distinguir entre la realidad y su ilusión?

Llega un momento en que se te hace difícil distinguirlas y vas eligiendo cada vez más la ilusoria. Así te conviertes en disfuncional.

¿Disfuncional en qué sentido?

Es natural que un ser humano deba actuar con el resto del grupo: trabajar, observar las normas, comportarse como todos…

Hay excepciones.

Correcto. Supongamos que yo no trabajo ni soy rico y digo que oigo voces, tengo visiones y las dibujo o escribo: ¿usted qué pensará?

Tal vez sugiera que podrían internarle.

Supongamos que le digo que soy monje de clausura. Usted aceptará que una monja o un monje en su convento puede no trabajar, tener visiones y explicarlas y, sin embargo, ese monje no será considerado anormal por ello.

Seguramente.

La sociedad los acepta porque aparte de ellos hay otros muchos y suficientes hombres y mujeres comportándose de forma normal.

La mayoría tiene sentido común.

Falso. El sentido común no es el mayoritario: por ejemplo, en España y en Occidente el cristianismo es la religión mayoritaria…

Sigue siéndolo, sí.

… Sin embargo, el cristianismo exige a sus fieles fe ciega en dogmas que en ningún caso podrían ser considerados de sentido común.

La trinidad o la virginidad de María.

Hoy he visto la obra de Gaudí: magnífica.

Sin duda.

Aunque no conozco su vida, estoy seguro de que fue considerado un anormal, un loco.

Creo recordar que sí.

Van Gogh también tenía problemas para discernir la realidad de sus visiones. Lo que me pregunto es si la medicación que tenemos hoy hubiera sido capaz de devolver la normalidad a Van Gogh sin privarle de su talento.

Y sin embargo, el progreso hubiera sido difícil sin las visiones de Van Gogh o el autismo de Newton. Newton también era considerado un tipo sospechoso: no se casó, era raro…

¿Cree usted que Newton necesitaba medicación?

Era Newton, pero no todos los enfermos son genios, desde luego. A menudo la diferencia entre un loco y un genio ha estado en la cantidad de dinero que ganaba. Van Gogh acabó suicidándose también por ser pobre, y hoy mi hijo cobra un subsidio federal que yo no cobré, porque no había. Ese subsidio es importante para evitar que se margine a un enfermo mental por no ser rico y no trabajar.

¿Qué le pareció el libro y la película sobre usted: Una mente
prodigiosa?

El libro se hizo sin contar conmigo y, aunque la autora acumuló una notable cantidad de información, también acumuló una notable cantidad de errores.

¿Y la película con Russell Crowe?

Los autores fueron más cooperativos con nosotros. Firmamos un acuerdo con Universal Studios. Eso no quiere decir que esa película tenga mucho que ver con mi vida.

Eso no pareció importarles demasiado…

… A nadie excepto a mí. En realidad, tiene muy poco que ver con mi vida: ¿usted cree que me parezco a Russell Crowe? Pero es una película con valores estéticos y un buen mensaje proactivo para los enfermos mentales.

¿En qué trabaja ahora?

Cuestiono el concepto keynesiano de inflación. También me interesa la teoría de las cuerdas de la física teórica y sus derivaciones en la antropología y las ciencias sociales.

Adelante: cuéntenos.

Tal vez el universo no sea indiferente a nuestra existencia: tenemos un instinto descubridor manifiesto en la colonización de América que nos llevará fuera del planeta antes de que se colapse.

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2 respuestas a «Entrevista a John Forbes Nash.»

  1. Tremenda entrevista. Es una situación muy compleja.

    Se abre un paralelísmo entre tu y Tu. Entre tu y los otros. Entre tu y la realidad de los demás. «El trance me ha enseñado otra lección. El mundo propio siempre es el mejor»

    ODISEO, Silvio Rodriguez

    Excelente trabajo. Lo publicaré por todas mis vías.

  2. John Forbes Nash, el matemático y premio Nobel de Economía (1994) cuya vida se paseó por las pantallas de cine con el filme ‘Una mente maravillosa’, es un ferviente creyente en el progreso científico: «Los avances de la ciencia ayudarán a disminuir el estigma de las enfermedades mentales, como ya ocurrió con otros males, como las úlceras de estómago, que se pensaban que eran psicosomáticas y luego se descubrió que era una bacteria que se trata con antibióticos».
    Excelente entrevista, necesitamos en el futuro mas personas con esa capacidad e inteligencia.
    Nash, a sus 80 años, sabe bien de qué habla. Su privilegiada mente le permitió elaborar complejas teorías de juegos matemáticos de estrategia que aún hoy siguen vigentes, pero durante dos décadas estuvo gravemente afectada por la esquizofrenia.
    Fue en la década de los cincuenta cuando comenzó a tener delirios sobre supuestas conspiraciones y mensajes cifrados; el investigador veía espías que le seguían por todos los lados y se creía víctima de criptocomunistas, hasta el punto que llegó a pedir asilo político en europea.
    Como ha declarado en algunas ocasiones, gracias «al paso del tiempo» logró salir de ese agujero negro que le atrapó en pleno vuelo de su carrera académica.
    Ayer, Nash estuvo en Madrid de la mano de la Fundación Juan José López-Ibor, que le ha fichado como jurado del Premio Internacional con el que la institución quiere reconocer el trabajo de personalidades y entidades a favor de las personas con trastornos mentales.
    Sobre la película dirigida en 2001 por Ron Howard, y protagonizada por Russell Crowe, asegura que «no es una biografía». «Tiene muchos errores y licencias, incluso en los lugares de rodaje; por ejemplo, no se rodó en Princeton, que es donde yo estudié, aunque sí aparece un edificio como si fuera Princeton», se queja. Sin embargo, reconoce que «lo positivo fue que supo llamar la atención sobre la esquizofrenia en todo el mundo», un problema que nunca ha escondido.
    «En el mundo de las matemáticas, hay personas que precisan tratamiento psiquiátrico, sobre todo los que se dedican a la lógica matemática. En el campo de la aplicación práctica racional no hay tantas», declaraba.
    Ya hace dos años, en el Congreso Centenario Juan J. López Ibor celebrado en Madrid, el matemático declaraba que «hasta los académicos pueden ser ilógicos e irracionales». Explicaba que «los pensamientos de un esquizofrénico pueden ser una vía de escape cuando se vive en una situación de estrés, hasta el punto de que lleguen a gobernar la mente de la persona».

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