Como Héctor, muchas personas andan en busca de la felicidad…

La película protagonizada por Simon Pegg y Toni Collette, Héctor, busca la felicidfad, ofrece una versión un tanto cómica, pero de un buen humor, de lo que se ha constituido en un tema que tiene ocupada la mente de muchas personas. Hay quienes escriben libros, y muchos otros, ofrecen «estrategias» para dar respuesta a quiénes parece que han perdido la posibilidad de «ser felices». 

Cómo Héctor, a pesar de su vida «exitosa», o por lo menos, aparentemente exitosa, se sienten «como frustrados», porque no son felices. Por supuesto, buscan afanosamene aquello que le puede «ofrecer» o «restaurar», si la tenían, la felicidad perdida o nunca vivida. 

Me preocupa más, cuando quienes se encuentran en esa situación son personas jóvenes, que social y económicamente, no provienen de sectores donde la pobreza «les haya negado» tal experiencia personal. No, son jóvenes de clase media o media alta, que han tenido con poco esfuerzo muchas cosas a su disposición. Sin embargo, al preguntarles si son felices no saben qué decir, y muchas veces, les toma tiempo en responder.

¿Cómo entender esta realidad? Martín Seligman señala en algunos de sus trabajos que hay tres factores que nos están empujando en el mundo de hoy a la «infelicidad», y esto son: buscar atajos, el individualismo y la pérdida del control personal de su propio comportamiento.

En el primero de los factores, buscar atajos, algunas personas se dan a la tarea de «hacer cosas» que les genere felicidad sin mucho esfuerzo: comprar cosas que no se necesitan, consumo de alcohol o algún tipo de sustancia que los saque de la situación que viven, el sexo ocasional, etc. 

El segundo factor es parte de una «cultura del yo» en que nos vemos envueltos casi todos. El otro, para muchos fines, no existe, o lo si existe, cuando algún beneficio requiero de él. Esa busqueda del éxito a como de lugar, sin importar las consecuencias que puede deparar en otros, es como una epidemia que arropa a muchos. El nos, ha quedado relegado a un mero tiempo verbal, por lo demás, poco conjugado.

La pérdida del control sobre el propio comportamiento, es complicado y, en los más de los casos, muy sutil. El influjo que tienen hoy los medios de comunicación con sus mensajes ideologízados acerca de la «buena vida», el «éxito», y los más variados modelos y estilos de vida contemporáneos, nos tienen como embelezados e idiotizados, sin ser capaces de darnos cuenta de la falsedad de esas realidades virtuales e hipnóticas.

Imaginemos cuando los tres factores: los atajos, el invidivualismo y la pérdida del control, son parte de nuestra cotidianidad. En general, se vive una vida que al final, cuando se detienen y miran qué tienen sobre las manos, «nada aparece», y sobreviene la frustración y la infelicidad. Me preocupa cuando escucho en algunos de estos jóvenes la expresión: «¿y qué sentido tiene la vida profe?». Vivir la vida de ésa manera, por supuesto, es poco lo que puede ofrecer para construir satisfacciones propias de sí y consigo mismos, que puedan derivar en sentimientos de felicidad.

Como finalmente descubrió Héctor, el o los elementos que pueden proporcionarnos bienestar y felicidad están más cerca de nosotros que lo que pensamos; solo que estamos tan convencidos de lo contrario, que verlos y experimentarlos, es muy difícil.

7 respuestas a «Como Héctor, muchas personas andan en busca de la felicidad…»

  1. Me hace Muy Feliz el haber entendido la forma de como describe la felicidad, ojalá muchas personas puedan leer esta reflexión y ser felices con lo mucho o lo poco que tengan.

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